Enrique Vila-Matas: Una casa para siempre

 




Mi padre, que en otros tiempos había creído en tantas y tantas cosas para acabar desconfiando de todas ellas, me dejaba una única y definitiva fe: la de creer en una ficción que se sabe como ficción, saber que no existe nada más y que la exquisita verdad consiste en que se trata de ser consciente de que se trata de una ficción y, sabiéndolo, creer en ella.

Enrique Vila-Matas: Una casa para siempre.


Foto: Mezquita Ibrahim Can, Rethymno, Creta, Grecia  © Juan Medina