Philip Roth: La mancha humana

 





Me refiero con esto a la verdad acerca de su muerte y no a la verdad que saldría a la luz algún tiempo después. La verdad no se revela de golpe. Aunque el mundo está lleno de gente que va por ahí creyendo saberlo todo de ti o de tu vecino, en realidad lo que no se sabe carece de fondo. La verdad acerca de nosotros es interminable. Como lo son las mentiras. «Atrapado en el medio», me dije. Denunciado por las personas de nobles pensamientos, denigrado por los probos... y entonces exterminado por el criminal loco. Excomulgado por los salvados, los elegidos, los inevitables evangelistas de las costumbres de la época, y entonces liquidado por un demonio cruel. Ambas exigencias humanas convergían en él. Lo puro y lo impuro, con toda su vehemencia, en acción, afines en su necesidad común del enemigo. Partido por la mitad, me dije, aserrado por los dientes adversos del mundo, por la hostilidad en que consiste el mundo.