Henrik Ibsen: El pato salvaje

 




¡La vida podría ser bastante agradable si nos dejaran en paz esos personajes insoportables que van de puerta en puerta reclamando el cumplimiento de las exigencias del ideal!

 

Henrik Ibsen: El pato salvaje.



Foto: Templo Senso-ji, Asakusa, Tokio, Japón  © Juan Medina