Mi preferido era
el de las diez y treinta.
Siempre lo esperaba
despierto: oía sus pitidos,
lo imaginaba entrando
en la estación -largo,
misterioso, negro-,
entre aquel humo gris...
Era muy viejo; pero decían
que te llevaba hasta París.
Karmelo C. Iribarren: Hasta París. Seguro que esta historia te suena. Poesía completa (1985-2005).
Foto: París, Francia © Juan Medina