Henrik Ibsen: Un enemigo del pueblo

 




Stockmann: El mayor enemigo de la libertad y de la verdad es la compacta mayoría. Esa maldita compacta mayoría liberal, ése es nuestro mayor enemigo. ¡Ahora ya lo sabéis! (Gran escándalo. La mayoría grita, patalea y silba. Algunos viejos cambian entre sí miradas de inteligencia y parecen divertirse. La señora Stockmann parece llena de miedo...)

Thomsen: La presidencia espera del orador que retire sus imprudentes palabras.

Stockmann: ¡Nunca, señor Thomsen! Pues, ¿quién si no la mayoría es la que me roba mi libertad y la que quiere impedirme decir la verdad?

Haustad: ¡La mayoría tiene siempre razón!

Billing: ¡Sí, siempre tiene razón!

Stockmann: Y yo os digo que la mayoría no tiene nunca razón. Ésa es una de las mentiras convencionales corrientes, contra las que tiene que declararse todo hombre pensador y libre. ¿Quién forma la mayoría de los habitantes de un país, los avisados o los tontos? Yo creo que todos estaréis conformes en que los tontos dominan en enorme mayoría por toda la inmensidad de la tierra. Pero no puede ser de ningún modo lo justo que los tontos dominen a los inteligentes. (Escándalo y protestas.) Sí, sí; podéis acallarme a gritos, pero no contestarme. La mayoría tiene el poder… desgraciadamente… pero no tiene la razón.

Haustad: ¡Ajá! El doctor Stockmann se ha vuelto aristócrata desde anteayer… Yo no aspiro a distinción de ningún género. Yo desciendo de sencillos campesinos y me siento orgulloso de estar tan enraizado en el pueblo, a quien aquí tan malamente se trata.

Stockmann: El pueblo del que yo aquí hablo no está sólo en las profundidades: se agita, se desliza y se arrastra en derredor nuestro hasta las capas más altas de la sociedad. Ved si no a nuestro elegante alcalde, mi hermano Hans. Pertenece tanto como otro cualquiera, al montón (Risas y protestas.)

Alcalde: Protesto contra semejantes ataques personales.

Stockmann: Pero no porque, lo mismo que yo, descienda de un antiguo pirata de la Pomerania o por allí cerca, porque de él descendemos nosotros los Stockmann…

Alcalde: Es una fábula ridícula. ¡Protesto!

Stockmann: … sino porque piensa con los pensamientos de sus superiores. Y quien hace eso pertenece espiritualmente a la plebe: he ahí por qué es en el fondo tan poco distinguido mi imponente hermano Hans y, por consiguiente, tan poco liberal.

 

Henrik Ibsen: Un enemigo del pueblo.