De pronto algo desarzona el alma en el cuerpo.
De pronto un amor invierte el curso de nuestra vida.
De pronto una muerte imprevista hace tambalear el orden del mundo y sobre todo el del pasado, ya que el tiempo es continuamente nuevo.
El tiempo es cada vez más nuevo y afluye sin cesar directamente del origen.
Hay que volver a cruzar el desamparo originario tantas veces como se quiera revivir.
Así es como pueden ocurrir re-nacimientos en el curso de la vida, alterando el curso, transformando la experiencia que teníamos, desviando el camino que hasta entonces habíamos tomado, modificando el rumbo.
Pascal Quignard: Los desarzonados. Último Reino VII.