Soledad Puértolas: Una vida inesperada





De mi vida fuera de la Biblioteca nadie sabe nada, de manera que si quieren juzgarme tienen que atenerse a esa parte.

Y si esto sucede en la Biblioteca, en la piscina aún se me consideraría como una persona más normal, absolutamente normal, teniendo en cuenta que todos los nadadores tenemos nuestras manías y excentricidades y que las aceptamos todas, nos las aceptamos unos a otros, porque es evidente que cada uno practica la natación como quiere.

Soledad Puértolas: Una vida inesperada.