Siempre he encontrado en
la lentitud una trinchera para resistirme a la velocidad del mundo y seguir
buscándole sentido al viaje. Y esa lentitud no solo implica disponer de más
tiempo para ver lo que me rodea, sino sobre todo la posibilidad de la
repetición y de la rutina feliz, de la renuncia consciente y hasta del tedio.
Sergi Bellver: Variaciones sobre Budapest.