Vladimir Nabokov: Pnin





Pnin caminó lentamente bajo los solemnes pinos. El cielo agonizaba. Pnin no creía en un Dios autócrata. Creía, vagamente, en una democracia de fantasmas. Las almas de los muertos formaban, quizá, comités, y estos comités, reunidos permanentemente, cuidaban de los destinos de los vivos.


Vladimir Nabokov: Pnin.





 Foto: Museo Arqueológico Fonck, Viña del Mar, Chile  © Juan Medina