Fourier había conocido el Antiguo Régimen y era consciente
de que mucho antes de que apareciese el capitalismo había habido
investigaciones científicas, progresos técnicos, y que la gente trabajaba con
ahínco, sin que la empujara el afán de lucro, sino algo que a los ojos de un
hombre moderno es mucho más vago: el amor a Dios, en el caso de los monjes, o
más sencillamente el honor de la función. El padre de Jed enmudeció, advirtió
que su hijo le escuchaba ahora con mucha atención.
‒ Sí... ‒comentó‒, sin duda existe una relación con lo que
tú has intentado hacer en tus cuadros. Hay mucho galimatías en Fourier, en su
totalidad es casi ilegible; hay quizá, no obstante, algo provechoso que extraer
de sus textos. En fin, era lo que pensábamos en nuestra época…
Michel Houllebecq: El mapa y el territorio.
Foto: Mezquita Hammouda Pacha, Túnez, Túnez © Juan Medina